En Marzo de 1933, el gitano Johann Rukeli Trollman, en doce asaltos, ganó al alemán Adolf Witt y fue galardonado con el título de campeón de Alemania de boxeo. Sin embargo, debido al racismo del gobierno y de los medios de comunicación de ese período que le culparon de no haber peleado de manera genuina alemana, le desposeyeron del título porque no querían que perteneciera a un gitano. Esencialmente, ya que pusieron fin a su carrera profesional, Johann Rukeli Trollman se enfadó y decidió ridiculizar al régimen nazi. Así que en su próximo combate se presentó con su cuerpo espolvoreado con talco y con su pelo teñido de rubio para que pareciera un propio alemán. Luego, subió al ring y en lugar de pelear a su manera clásica haciendo movimientos rápidos con los pies y golpeando a su oponente de una manera imprevista, se quedó inmóvil en el centro como un árbol y sostuvo todos los golpes durante cinco asaltos, hasta que se desmayó. Así terminó definitivamente su carrera. Después de años y mientras que sus tres hermanos habían sido llevados a los campos de concentración, él estaba luchando en el frente ruso. En 1942 fue arrestado por la Gestapo que lo condenó a trabajos forzados en el campo de concentración de Neuengamme. El 9 de febrero fue ejecutado por las SS con una bala a la altura de su cuello.