Tras la firma del Derecho del Mar y la proclamación de su Z.E.E., Armenia Occidental hace un cambio de fase y pasa, sustancialmente, de la teoría de la decisión a la teoría de juegos. Cuando su lucha concernía a la tierra, ningún país de la región, excepto por supuesto del régimen usurpador, le prestaba atención. Sin embargo, ahora que reivindica los derechos de soberanía, y sobre todo en el Mar Negro, los países de Georgia, Rusia y Ucrania, como países sucesores al Unión Soviética, le hacen caso, cada uno a su manera, puesto que hay el problema de Batumi, Crimea y de la sucesión en cuanto a la línea media, de la delimitación de las fronteras y también de la Z.E.E. Dicho de otro modo, la proclamación de la Z.E.E. de Armenia Occidental le da otra dimensión en cuanto a la cuestión geopolítica y esto se ha hecho completamente comprensible en Ginebra. Ahora hay el marco del uso y de la explotación de la pesca exclusiva que puede introducirse directamente e inmediatamente en las negociaciones y, por supuesto, de los depósitos petrolíferos que se hallan en el Mar Negro, los cuales interesan a todos ellos jugadores y, al mismo tiempo también, a la Unión Europea, como demuestran los artículos del plan de trabajo de la energía. De hecho, Armenia Occidental cuenta con una iniciativa para las acciones en este campo y encuentra ya respuesta por parte de otros estados, que aunque en el pasado le habían apoyado de manera más discreta, ahora hablan más abiertamente sobre estos derechos, que constituyen una plataforma estratégica para crear más lazos.