Para muchos puede ser difícil imaginar un pueblo sin país, pero de lo que parece ahora, les resulta aún más difícil aceptar que el pueblo mismo obtiene gradualmente a través de su lucha y sus sacrificios no sólo un país, sino también un estado. Porque, dicho de otro modo, los kurdos luchan efectivamente contra la organización terrorista Daesh y el poder turco. Saben bien que ninguno de los dos quiere que existan. De hecho, la guerra kurda es existencial. Los kurdos desean vivir libres en una región histórica. No hay razón alguna para aceptar la violación de sus derechos. Sólo que hay tanta desinformación de parte de Turquía que no entendemos que los kurdos están construyendo gradualmente sus estructuras, aunque no dispongan de muchos medios. Sin embargo, la realidad ha cambiado. Y sería bueno saberlo también. Ya no estamos en una fase neutra sobre este caso y seguimos ignorando elementos fundamentales. Por lo tanto, los kurdos no van a parar, siempre y cuando no vayan a tener una patria oficial, es decir, reconocida por todos. Ya están trabajando con el de facto en muchos lados, es el de jure que buscan por ahora.