15421 - El Hombre milenario
N. Lygeros
Traducción al español de Eduardo Lucena González y Olga Raptopoulou
El monasterio había cerrado.
Ya no esperaba a nadie.
Eso era al menos lo que las monjas pensaban.
Él no dijo nada.
Miró al cielo.
Esta sería la cúpula de la iglesia.
Había sido informado sobre la prohibición.
Y tenía que encontrar a Pedro.
Lo más rápido posible, pensó.
Así comenzó una de las mayores paradojas del Tiempo.
Tenían que correr para caminar
lo más despacio posible por los siglos,
como si fueran mar.
¿Quién podría prepararse
para una marcha así?
¿Cuál podría ser el comienzo?
Él, que estaba ya listo.
Él, que había vivido el fin.
Él era el Hombre milenario.