Quién podría seguir el significado oculto de los actos.
Nadie que no conociera la Didaché.
Por esta razón era tan importante la lectura de los Evangelios.
De lo contrario, ningún discípulo podía convertirse en luchador de Cristo.
Sin conocimientos de la obra, no existía ser capaz de resistir al poder.
Por ello, el Hombre milenario vivía por necesidad incluso entre los muertos.
A través de la lectura, los discípulos reconocían la barbarie a la que se enfrentarían como luchadores.
Al principio no creían en la duración de la guerra.
Y solamente cuando dio el primer paso en el azul infinito, descubrieron la revelación.