Se habían privado de tantas cosas.
Habían sufrido tanto.
Y sin embargo no tuvieron tiempo para celebrar su victoria.
Se hallaron de repente entre los bárbaros, que no habían abandonado el castillo, y otras formas de apoyo desde el exterior.
Estaban de nuevo sitiados.
Prisión espacial.
Liberación temporal.
Regreso forzado de Pedro.
Debía estar con el Maestro.
Comenzaron entonces las visiones.
Eran raras como sagrados estigmas.
Entretanto otro Pedro descubrió la Lanza Sagrada y dio ánimos nuevos a los combatientes.
Hasta los caídos se levantaron ante el milagro.
Y como los bárbaros no aceptaron detener su nueva embestida, comenzó el contraataque y Antioquía quedo liberada.