1950 - Inconciencia colectiva
N. Lygeros
Traducción al español de Eduardo Lucena González y Olga Raptopoulou
Caminamos en la arena
sin mirar nuestras huellas
que se pierden en el viento.
Cargamos sólo con nuestros deseos
y nos olvidamos de nuestras pasiones.
En busca de un oasis ficticio
caemos en la trampa de las ilusiones.
Y aunque tenemos todavía
el sabor de la arena en la boca,
nuestra lengua no reclama
sino la frescura del olvido.
Porque queremos superar
el sufrimiento del pasado
para vivir despreocupados
un paraíso artificial.
Sólo que el tiempo no olvida nada
y su blanco paso encima de nuestras cabezas
nos recuerda el sufrimiento de las víctimas,
la tortura de los sobrevivientes.
Así, en el colmo de la desesperación,
tratamos de hacer tabula rasa
con la memoria del futuro
y cometemos el genocidio de la historia.
Al principio todo es tan simple, tan fácil,
que nadie puede resistir la tentación.
Olvidamos las acciones del pasado,
después las reminiscencias del ayer
y al final nuestra propia identidad
y nos convertimos a nuestra vez
en los bárbaros de la memoria.