En 2014, la República de Mauricio retiró su reconocimiento de la Rasd. En 2015, le tocó a Ruanda que siguió Paraguay. Esta vez, en 2016, sigue Surinam. De hecho, incluso países que habían caído en la trampa de reconocimiento, se retiran gradualmente de esta lista nefasta, porque se han dado cuenta de que se trata de un caso trucado desde cualquier perspectiva, que no cobra ningún sentido diplomático o estatal, excepto para el Polisario. La lista de los países, que va aumentando, señala claramente la escasa representatividad de Polisario a nivel internacional. Por lo tanto, Polisario tampoco es representativo en cuanto a sus reivindicaciones en el extranjero y Rads aparece cada vez más como una entidad títere, que representa sólo a ella misma y no a un pueblo, porque ha explotado todos los trucos del sistema de la corrupción y del terror, aunque en vano. El pueblo de los saharauis quiere liberarse de esta restricción dogmática que no tiene sentido para ellos desde hace mucho tiempo y los Estados Miembros de la ONU se dan cuenta, de manera que no podría ser más clara, de que se trata de un engaño político y económico que no tiene nada que ver con la visión de la ONU. Así que todos los que realmente quieren participar en las discusiones de ONU, se retiran gradualmente de esta enclave política, para poder ver de manera no dogmática una realidad que está en el contexto de esfuerzos de una resolución diplomática del conflicto, que no tiene relación con posiciones belicistas y extremas. Debido a sus pérdidas, Polisario ya no representa su propio pasado político.