En Antioquía las cosas llegaron a ser cada vez más duras para el pueblo de la cruz.
Hasta el abastecimiento era difícil.
El invierno golpeaba a todos.
Y el asedio era dudoso.
Nadie sabía cómo iba a continuar.
Y por esta razón decidieron continuarlo.
Pero Pedro no aguantó tales condiciones.
Abandonó el frente y al Maestro.
Cosa que ya había sucedido en el pasado.
El Hombre milenario no se detuvo ni un momento.
Y él sabía sobre el regreso.
Reunió a sus hombres para que mantuvieran todas sus posiciones.
Aun bajos de moral todos confiaron en él y permanecieron juntos ante las murallas.
Y así, con la ayuda de la población asediada de Antioquía, entraron tras meses de lucha.